Gracias por estar ausente.
Gracias por tu distancia.
No es reproche, ni broche de bronze.
Gracias por estar distante
intoncable, indecifrable.
Que tu distancia me enseñó a quererte
a quererte de veras.
Que esa incertidubmre de
si me pensabas o no,
me enseñó a que qué importa
si me piensas, yo te pienso y basta.
Gracias por tu calma, por tu no-se-que
de no quererme hablar.
Gracias, y no es reproche ni sarcasmo.
Aprendí a quererte, aprendí a saberte más
allá de tu presencia.
A hablarte sin importar el resultado
ni mis no-intenciones.
Yo ni sé mis intenciones.
Que te pienso
que te busco
que te hablo
y no se porque.
Me has llegado a concernir de una
manera m u y peculiar.
Tú en mi mente no eres inquilino.
Tú en mi mente te has instalado
como sedentario, más no como un intruso
si no como un ciudadano de
generaciones de ciudadania.
Las palabras no me bastan.
La racionalidad no me basta.
La irracionalidad, tampoco.
Solo se que te quiero, pero no tenecesito.
Que te pienso, pero no lo necesito.
Y no, no eres solo un rostro más
pero tampoco el rostro de diario.
Simplemente Eres. No se que eres.
Pero Eres.
(Con E mayúscula)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario