miércoles

Junio 19, Niza El agua golpeaba entre las rocas. Eran luchas pequñitas entre el liquido que se escabullia por los huecos de las piedras. La marea las arrastraba y ellas se dejaban deslizar suavemente para repetir el mismo movimientouna y otra vez. Creaban una musiquita clickclackclickclackclickclack que se repetía sin cezar Dejo que el agua acariciara sus pies asperos y sintió el suave frio de los mares franceses. Poquito a poquito sus nervios titubeaban mientras su piel se fundia con el verde cristalino. Miraba las rocas y no comprendía como podían ser tan simpáticas, pobres rocas sosteniendo el peso del mar. Tan inocentes y sumisas a lo que las mareas dictaran. Pero ese pensamiento solo rozó su menten. En eralidad se concentraba en sentir como el frío desaparecía despacio; trataba de acomodar sus deditos de los pies a la horma de las piedras, mientras las piedras se acomodaban a la forma de sus pies.

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